Emociones Básicas: ¿Cuáles son y qué función tienen?  

¿Qué son las emociones?

Antes de hablar sobre las emociones básicas primero es importante comprender qué son las emociones. En principio podemos decir que las emociones son reacciones psicofisiológicas.

Pero ¿a qué reaccionamos?

Los seres humanos vivenciamos distintos tipos de respuestas (emociones) en nuestro modo de adaptarnos al mundo que nos rodea.

Cada vez que percibimos objetos, lugares, personas, recuerdos, etc. manifestamos como respuesta, algún tipo de emoción.

La emoción es también una forma de comunicación que además es común a todas las especies.

El lenguaje del cuerpo, compuesto por expresiones y emociones, existe desde las primeras sociedades primitivas hasta el día de hoy. Nos ha servido para vincularnos y comunicar: peligro, hambre, dolor, alegría, etc.

Como resultado de las emociones surgen los sentimientos. Estos se refieren a un estado de ánimo siendo más duraderos en el tiempo.

¿Cuáles son las Emociones Básicas?

Si bien hay discrepancias entre autores en cuanto a la selección y clasificación de las emociones básicas, vamos a tomar como referencia la teoría de Paul Ekman (psicólogo, doctor en filosofía, sociólogo, antropólogo, entre otras cosas más). Ha sido pionero en el campo de estudio de las emociones y expresiones faciales. Es considerado, además, como uno de los cien psicólogos más destacados del siglo anterior (SXX).

Ekman, junto a su grupo de colaboradores, propusieron patrones para seis emociones, que son universales y biológicamente básicas en cualquier tipo de culturas.

Las emociones básicas, según este autor, podrían catalogarse de la siguiente manera:

SORPRESA – ASCO – TRISTEZA – IRA – MIEDO – ALEGRÍA/FELICIDAD

Dichas emociones pueden variar en intensidad, y también combinarse entre sí, generando emociones más complejas y matizadas: emociones secundarias.

Sorpresa: es una reacción espontánea, ocasionada por algún suceso imprevisto, nuevo o extraño. Se trata de una emoción neutra, que puede devenir en una nueva emoción (ya sea positiva como negativa) según el estímulo, el contexto y la situación en la que nos encontremos.

Es la emoción más fugaz ya que se expresa y desaparece con mucha rapidez.

A su vez, la gestualidad que provoca es característica e instintiva. Un sinónimo podría ser asombro o desconcierto.

Favorece la atención, la curiosidad y el interés ayudándonos a comprender algo inédito (aquello que emerge), ya que debemos buscar nuevas respuestas ante lo desconocido.

Asco: no solamente es una reacción básica, sino que además, necesaria y adaptativa. Si no sintiéramos asco, correríamos peligro de muerte, por ejemplo, al comer algún alimento en mal estado. La respuesta al estímulo que nos provoca esta reacción es similar en todos los seres humanos: gestualmente solemos arrugar la nariz y levantar el labio superior, pero también podemos manifestarla mediante náuseas, vómitos, sudores, etc.

Un sinónimo podría ser desagrado o rechazo a alguien o algo.

 

Tristeza: es un tipo de dolor emocional o estado afectivo que provoca un decaimiento general. Se expresa generalmente mediante el llanto, decaimiento, falta de apetito, etc. Si la tristeza es muy profunda y sostenida, puede desembocar en algún tipo de depresión. Las causas pueden ser diversas y subjetivas. Su manifestación se encuentra asociada al incumplimiento de nuestras expectativas, a la baja autoestima, o cuando empatizamos con el sufrimiento de algún otro, etc.

Un sinónimo podría ser la pena o la angustia.

 

Ira: es una emoción que la expresamos a través de la irritabilidad o resentimiento y puede ocasionarnos, según el grado y la frecuencia, diferentes consecuencias mentales o físicas. La manifestación de esta emoción, se ve reflejada en nuestro cuerpo a través del aumento del ritmo cardíaco, la presión y los niveles de adrenalina. La ira es una respuesta necesaria (en su dosis justa y justificada) que ha desarrollado el ser humano frente al peligro: atacando o huyendo.

Sinónimos de esta emoción podría ser rabia, enojo, cólera o furia.

 

 

Alegría: gracias a esta emoción básica, liberamos las hormonas de la felicidad como las endorfinas, la serotonina o la dopamina. Es una sensación placentera o amistosa de satisfacción, ante una persona o cosa, de duración limitada. Se manifiesta corporalmente a través de la risa, del aumento de la frecuencia cardíaca, impulsándonos generalmente a la acción.

Un sinónimo de la alegría podría ser la felicidad.

 

Miedo: es una emoción básica que se manifiesta tanto en animales como en seres humanos. Se caracteriza por una percepción de amenaza o peligro real o imaginario, en tiempo pasado, presente o futuro. Provoca una sensación desagradable de inseguridad que puede ser leve, moderada o muy intensa.

Sentir miedo (de modo equilibrado y justificado), es necesario para sobrevivir, de lo contrario sería imposible tomar consciencia del riesgo. Pero la emoción desmedida o irracional puede devenir en pánico o ansiedad. El cerebro no distingue el miedo fundado del imaginario y provoca reacciones físicas tales como palpitaciones, sudoración, temblores, etc.

Algunos de los sinónimos del miedo podrían ser: susto, fobia, pánico o terror.

Emociones Básicas: Características

Las principales características de las emociones en los seres humanos son:

• Pueden identificarse por algún tipo de expresión física determinada (gestual o corporal).
• Son universales.
• Conducen a una acción característica de la propia emoción.
• Se manifiestan desde el nacimiento.
• Perduran durante toda la vida.
• Son contagiosas (por ejemplo: ver una persona reír, probablemente nos provoque risas).
• Provocan una reacción biológica involuntaria en el organismo.

¿Qué funciones cumplen las emociones en nuestra vida?

La mayoría de las personas, (o al menos quienes no padecen algún trastorno o dificultad específica), podemos identificar nuestras propias emociones. Podemos registrar qué tipo de emoción emerge en alguna situación dada y de qué manera nos afecta.

Asimismo, al interactuar con otras personas  o simplemente al observarlas, también podemos comprender qué tipo de emoción están vivenciando.

Somos capaces de verbalizarlas, así como también de comprender por qué estamos sintiendo tal o cuál emoción (en ciertos casos más complejos, con la ayuda o guía de nuestro entorno o de algún terapeuta).

Pero ¿para qué sirven las emociones básicas? ¿Qué función cumplen?

Si bien cada emoción tiene su propio propósito también es cierto que el contexto en el que estemos implicados en ese momento, asumirá un rol fundamental a la hora en que nuestras respuestas/emociones se manifiesten.

Por ejemplo, una persona puede estar estudiando para un examen muy importante en un lugar tranquilo. Si de repente empezara a sonar algún ruido fuerte y constante (martillazos de algún vecino) dispersando su atención, probablemente esa persona se vería afectada, al menos momentáneamente, por alguna emoción parecida al enojo o la ira.

Sin embargo, podemos decir que las emociones nos acompañan a lo largo de toda la vida y tienen funciones muy importantes:

• Nos protegen ante el peligro preparándonos para la huida o enfrentamiento (miedo).
• Nos conducen a la introspección, reintegración y reconciliación (tristeza).
• Nos aportan recursos psico-fisiológicos para el ataque o defensa (ira).
• Contribuyen al optimismo, pensamiento flexible y divergente, tendiendo a la acción (alegría).
• Nos preparan para focalizarnos y llevar la atención a aquello que emerge (sorpresa).
• Nos protegen ante aquello que posiblemente pueda contaminarnos (asco).
• Nos ayudan a reparar (culpa).
• Nos predisponen a imitar, acción importante en el área del aprendizaje (admiración).
• Nos incentivan a explorar y por lo tanto a aprender (curiosidad).
• Nos aportan herramientas para encontrar seguridad (control).

Emociones básicas en la niñez

Es cierto que las emociones básicas son innatas al ser humano.

Todas las personas, al nacer, comenzamos a percibir al mundo y nos comunicamos con nuestro entorno a través de las emociones.

Pero ¿qué pasa luego en el desarrollo?

En la medida en la que crecemos, vamos incorporando conocimientos. Vamos aprendiendo en principio mediante el juego, encargado de estimular el pensamiento lateral o divergente. Más tarde comenzamos a construir nuestro pensamiento convergente o racional cuando aprendemos sobre matemáticas, ciencias, o tenemos que memorizar distintos tipos de textos.

¿Qué sucede con las emociones?

Si bien hay pedagogías, como la Waldorf donde el abordaje de las emociones juega un papel fundamental, lamentablemente, en la mayoría de las instituciones educativas, lo emocional pasa a un segundo plano.

Es imprescindible que desde la niñez, acompañemos y eduquemos a los infantes en el descubrimiento, la identificación y el desarrollo de sus emociones.

De este modo, crecerán forjando una autoestima consolidada, siendo capaces de empatizar con el otro, de identificar sus estados de ánimo, emociones y sentimientos. A su vez, siendo capaces de verbalizarlos, de regularlos, y sobre todo, de discernir para elegir libremente.

 

Emociones secundarias: ¿Cuáles son?

Las emociones secundarias son aquellas emociones que son aprendidas y por lo tanto, no las tenemos desde el momento en que nacemos. Se van adquiriendo a través del tiempo y experiencias de vida.

Las mismas son:

• Culpa
• Celos
• Satisfacción
• Vergüenza
• Desprecio
• Entusiasmo
• Bochorno
• Complacencia
• Orgullo
• Placer

¿Las Emociones Negativas existen?

Muchas veces llamamos emociones negativas a aquellas emociones que nos generan una sensación incómoda y desagradable. Pero estas emociones no son negativas sino que cumplen un rol importante.

Estas emociones tienen una intención. Se hacen presentes con el fin de comunicarnos algo. De cierta forma estas emociones “negativas” se hacen presentes con el fin de cuidarnos y darnos un aviso de algo que nos está sucediendo y debemos reconocer.

Cuando estas emociones se hacen presentes es importante poder identificarlas y preguntarnos ¿Para qué se están haciendo presentes? Por ejemplo, en un momento de enfado preguntarnos ¿Para qué se hace presente ese enfado? Puede ser para dar aviso que hay algo que nos molesta, algo que debemos comunicar o tal vez establecer un límite.

Solemos, en muchos casos, reprimir emociones “negativas” ya que estas se tratan de emociones difíciles de transitar. Ignorar lo que sentimos suele ser contraproducente y genera consecuencias tanto a nivel emocional como físico. Por ello, es importante identificar estas emociones, escucharlas y aprender a gestionarlas. De esta manera, podemos lograr que resulte más ameno el experimentar estas emociones incómodas pero importantes y necesarias.

 

Inteligencia emocional y su importancia

El primer escalón hacia la inteligencia emocional es la conciencia emocional.

Hacer el ejercicio cotidiano de identificar y reflexionar sobre las emociones que aparecen, tomar conciencia de cómo las mismas nos afectan (ya sea positiva o negativamente) e incluso cuando estas se entre-mezclan, tornándose confusas.

¿Cómo detectar nuestras emociones?

• Reconocer la sensación: las emociones, al manifestarse, provocan una alteración en nuestro cuerpo, por ejemplo: el miedo puede generar un aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores.
• ¿Qué tipo de respuesta provoca?: las emociones cumplen una función adaptativa, y esto nos conduce, por lo general, a un determinado tipo de acción.
• Nombrar la emoción primaria: las sensaciones o los estados de ánimo provienen de alguna emoción primaria. Solo hay que hacerse la pregunta correcta: ¿qué estoy sintiendo en este momento?
• Identificar la emoción secundaria: poder comprender este tipo de emociones más complejas, requiere de paciencia, profundización y valentía. Se encuentran entrelazadas a las emociones primarias. Por ejemplo, la tristeza en apariencia, quizás este encubriendo una emoción de frustración, rabia o decepción.

Comprender qué es lo que nos está sucediendo y el por qué, permite que podamos modificar nuestros comportamientos y adaptarnos mejor al entorno. Esto nos permite evolucionar forjando nuestra personalidad de modo tal que repercuta en una mejor calidad de vida.

Aprender siempre ha sido necesario para crecer y poder adaptarse, ¡y crear! nuestro entorno.

¿Conoces cuántas palabras hay para nombrar los diferentes tipos de emociones y sentimientos? Se han catalogado hasta 250 palabras.

¿Cuántas conoces tú?

Te invito a hacer el ejercicio de tomar un lápiz y un papel y escribir todas aquellas emociones que recuerdes. A continuación, ¡te comparto algunas!

Alegría – Enfado – Tristeza – Sorpresa – Miedo – Asco – Confianza- Interés – Vergüenza – Culpa – Bochorno – Desprecio – Entusiasmo – Satisfacción – Placer – Orgullo – Complacencia – Generosidad – Amor – Gozo – Compasión – Júbilo – Afecto – Esperanza – Libertad – Agradecimiento – Aceptación – Bondad – Acompañamiento – Admiración – Amabilidad – Benevolencia – Alivio – Empatía – Integridad – Apego – Aprobación – Felicidad – Firmeza – Fortaleza – Autonomía – Serenidad etc!

¿Hay alguna que no conocías o que no se te haya ocurrido?