Fobia a los perros: Características y tratamiento

¿Qué es la fobia a los perros?

La fobia a los perros, también llamada “cinofobia” se trata de un miedo excesivo o desmedido a dichos animales.

La persona que lo padece suele experimentar sentimientos de ansiedad o pánico incluso con la sola idea de pensar en la posibilidad de cruzarse con algún perro.

La fobia a los perros, por lo general, tiene su origen durante la infancia.

Entre las causas que lo manifiestan podemos mencionar el hecho de haber vivenciado alguna situación traumática con algún canino (por ejemplo, un ataque, ya sea hacia uno mismo o hacia un otro) o puede también haber sido heredado. En este caso la madre o padre padecen este tipo de fobia y de modo inconsciente o no generan un patrón de comportamiento aprendido.

Hoy en día sabemos que entre el 7 y el 10% de la población padece de cinofobia.

 

Fobia a los perros: características

¿Cómo hacemos para detectar si efectivamente estamos sufriendo de cinofobia?

Al igual que en otros tipos fobias, la ansiedad será la respuesta ante la aparición del estímulo temido, en este caso, un perro.

Entre los síntomas más comunes que podemos identificar, la fobia a los perros se caracteriza por presentar:

  • Sudores
  • Temblores
  • Dolores de cabeza
  • Náuseas
  • Mareos
  • Taquicardia
  • Hormigueo en manos y pies
  • Opresión en el pecho
  • Hiperventilación
  • Vómitos
  • Desorientación y falta de concentración

 

 

Sin embargo, para hablar de cinofobia, debemos tener en cuenta que además de considerar dichos síntomas (ya sea en presencia del animal como de algún estímulo relacionado con este) el sujeto debe haber experimentado un miedo irracional durante un período de seis meses como mínimo.

La fobia a los perros se produce cuando hay una persistencia en el tiempo y no cuando se manifiesta en alguna situación aislada.

Dependiendo de la intensidad del temor estas respuestas físicas podrían aparecer tanto en presencia de algún perro, como también, al oír un ladrido o ver una foto, o simplemente escuchando un relato donde se mencione al animal.

A su vez, la fobia a los perros podría llegar a resultar verdaderamente incapacitante de no tratarse con algún profesional a tiempo.

¿Por qué?

Porque quienes experimentan estos síntomas de manera intensa y persistente probablemente intentarán eludirlos.

¿Cómo?

Evadiendo todo tipo de situaciones que indiquen, para el sujeto, un peligro potencial.

Es así como podrían dejar de frecuentar lugares donde hayan perros. Incluso pueden evitar salir a la calle de solo pensar en la posibilidad de cruzarse con algún can.

Esto repercute de manera negativa en la cotidianeidad afectando severamente su calidad de vida.

 

Miedo vs Fobia

Para una mejor comprensión es necesario poder diferenciar entre miedos y fobias:

  • El miedo es una emoción inherente a los seres vivos (humanos y animales) y forma parte de nuestro sentido de supervivencia.

No solo es normal sino necesario para poder detectar algún peligro o amenaza real y poder reaccionar ante ella.

  • La fobia, en cambio, tiene que ver con un miedo desproporcionado a situaciones que son inofensivas o incluso inexistentes.

Se caracteriza por un significativo y persistente miedo a una situación u objeto específico que causa una marcada interferencia (American Psychiatric Association (APA), 2002).

Las fobias se dividen en cuatro subtipos:

  • Situacional (miedo a volar, a los espacios cerrados, etc.)
  • Ambiental (miedo a las alturas, al agua, a las tormentas, etc.)
  • Animal (miedo a arañas, perros, serpientes, etc.)
  • Sangre, daño e inyecciones (miedo a ver sangre, procedimientos médicos, etc.)

Es importante conocer esta diferencia para poder reconocer si lo que nos sucede se trata de un miedo particular o aislado, o si verdaderamente lo que experimentamos es una fobia.

 

Fobia a los perros en la infancia

Como hemos mencionado anteriormente, la fobia a los perros suele originarse en la infancia.

Como madres, padres o cuidadores, debemos intentar estar atentos y sobre todo poder discernir si nuestro hijo o hija solamente siente miedo, o si por el contrario, está desarrollando fobia a los perros.

Nos daremos cuenta si efectivamente estamos hablando de cinofobia observando el comportamiento de nuestro pequeño o pequeña.

Puede ocurrir, por dar algunos ejemplos,  que rompa con un llanto desconsolado, que evite acercarse o no quiera ir a casa de familiares que tengan perros, o que manifieste síntomas de ansiedad al ver a un can.

 

Cinofobia

 

Lo recomendable en estos casos es acudir a un psicólogo infantil para que evalúe, diagnostique y en caso de ser necesario inicie un tratamiento.

Algunas pautas que puedes poner en práctica si tu hijo o hija tiene miedo o fobia a los perros son:

  • Respetar su miedo: la fobia es algo incontrolable. Por lo tanto, que le digamos a los niños o niñas que “no es para tanto” o le restemos importancia a sus emociones no hará que se calmen. Por el contrario, le estaremos generando sentimientos de frustración y probablemente el miedo se agudice.
  • No forzarles: no se trata de evitar situaciones de encuentros con el animal. Tampoco se trata de forzarlo a acariciarlo o permanecer en un lugar donde el niño se encuentre incómodo o angustiado. Acompañarlos por medio de la contención y sobre todo propiciar un ambiente que les haga sentir seguros.
  • Acercamientos progresivos: enfrentar los miedos para superar la fobia a los perros no es algo que ocurra de un momento a otro. Se trata de un proceso.  Como madres, padres o cuidadores debemos acompañarlos respetando sus propios tiempos.

 

  • Escucharles y hablarles: es importante que podamos escucharlos sin juzgarlos. Por medio del uso de las palabras podemos explicarles las diversas maneras de cómo los perros se comunican y pueden reaccionar. Compartir experiencias lúdicas y divertidas donde podamos generar un clima de confianza y calma para abordar el tema siempre es un excelente recurso.

 

 

 

Fobia a los perros en personas adultas

Si un adulto padece fobia a los perros es muy probable que la cinofobia lo venga acompañando desde la adolescencia o incluso desde la niñez.

Aunque también podría ocurrir que este miedo desmedido se haya desencadenado por alguna situación traumática vivida durante la adultez.

En cualquiera de los dos casos es imprescindible tratarla para afrontarla, superarla, y de este modo, tener una mejor calidad de vida.

La fobia es muy difícil de manejar. Esto sucede así porque aunque desde la razón comprendamos que no existe peligro de tal magnitud, nuestro cuerpo lo percibe como si fuese real.

Esta contradicción puede además generarnos otros sentimientos como angustia, frustración, vergüenza, etc.

Aprender a pedir ayuda es el primer paso para afrontar cualquier miedo.

¿Cómo se trata la Cinofobia?

¿Por qué le tengo fobia a los perros? ¿Cómo dejo de tenerles miedo?, suelen ser las preguntas rumiantes de las personas que la padecen.

Las razones pueden ser varias y los modos de abordar el proceso para superar la cinofobia también.

Te compartimos algunos abordajes para tratar la fobia a los perros:

  • Psicología

Acudir a un profesional de la salud en busca de ayuda siempre es un buen inicio.

Para tratar temas relacionados con fobias la Terapia cognitivo-conductual y específicamente la técnica de la desensibilización sistemática funciona muy bien.

Suelen ser efectivas e irás avanzando a tu ritmo desde un trabajo en equipo junto a tu terapeuta. Si bien es importante que permanezcas en el tratamiento (a veces las resistencias que tenemos pueden jugarnos una mala pasada, y abandonar antes de tiempo), también es necesario que, de no sentirte a gusto, puedas buscar otro/a psicólogo/a.

A veces, no es cuestión de la terapia en sí, sino de no haber encontrado al terapeuta indicado para ese momento preciso.

 

 

Terapia Asistida con Animales

Dentro de esta terapia podemos encontrar técnicas expositivas que son un método de desensibilización sistemática y gradual.

¿De qué se trata?

De exponerse de manera gradual y controlada a aquello que provoca la ansiedad o fobia, con el fin de comprobar que la sintomatología (respuestas físicas), no condicen con lo que sucede en la realidad.

Generalmente (y según el caso) se comienza con una exposición sumamente paulatina: desde el nivel que menos se le teme al que más le cause temor.

Por ejemplo: fotografías, relatos, material audiovisual. Dicha exposición se realiza hasta que el nivel de ansiedad se reduzca. Cuando disminuya la ansiedad, podrá pasarse al siguiente paso.

La última instancia será, finalmente, la etapa de exposición a animales reales, guiada y supervisada por el especialista en Terapia Asistida con Animales.

Cabe destacar que, obviamente, los perros son entrenados y seleccionados especialmente por tener un carácter equilibrado y ser sumamente amigables y tranquilos.

 

Tratamiento para la fobia a los perros

 

  • Técnicas de relajación

Existen distintas disciplinas y técnicas para trabajar la meditación, respiración o relajación.

El Mindfulness, por ejemplo, es una de ellas.

Se trata en estos casos de reducir los síntomas físicos causados por la ansiedad, controlando nuestro ritmo respiratorio y focalizando la atención.

De esta manera, disminuyendo la sintomatología (temblores, sudoración, taquicardia, etc.), permitimos también que bajen los niveles de ansiedad para poder permanecer y afrontar de manera más saludable y asertiva en el momento presente.

  • Tecnologías

Hoy en día la tecnología ha avanzado muchísimo.

Si bien no reemplazan ningún tipo de tratamiento, sí pueden ayudarnos como complemento.

Algunas aplicaciones, por ejemplo, nos ofrecen situaciones de realidad aumentada. Otras tantas nos brindan información para adquirir herramientas que nos ayuden a comprender mejor aquello que nos ocurre.

Te compartimos el siguiente link “8 apps para tratar fobias y miedos desde tu Smartphone”: https://psicologiaymente.com/clinica/apps-tratar-fobias-miedos

 

 

¿Se puede prevenir la Cinofobia?

La fobia a los perros puede transformarse en algo sumamente limitante para el desempeño de las personas que la padecen.

Sabemos que la cinofobia se origina principalmente en la infancia.

Entonces ¿qué podemos hacer como adultos para que esto no suceda?

  • Realizar una exposición temprana y gradual a los animales.
  • Evitar imágenes o conversaciones donde se expongan hechos vinculados a ataques de perros o situaciones violentas.
  • Enseñar a cuidar y respetar al animal.
  • Hablarles acerca de sus comportamientos y características, de manera positiva.
  • Enseñarles a interactuar con los perros de forma segura. Por ejemplo, en lugar de decirles ¡no toques al perro que te puede morder!, podemos expresarnos del siguiente modo: Es preferible no tocar a los perros que no conoces, pues no sabes si esto puede incomodarle.

 

 

Volver a confiar

Las mascotas están cada vez más incorporadas a nuestras vidas cotidianas.

Los perros se han transformado en fieles compañeros de aventuras y en “un miembro más” de la familia. Ocupan cada vez un lugar más fundamental en la sociedad.  Muchos son guías de personas ciegas, acompañantes terapéuticos y multiplicidad de roles más.

Tal es así, que el mercado ha crecido mucho en los últimos años: tiendas de mascotas, paseadores, cuidadores, hoteles caninos, etc.

Diversos espacios como cafés, hoteles y hasta oficinas de trabajo se han comenzado a nombrar como “pet friendly”, abriéndole sus puertas a los amigos no humanos.

Quienes padecen fobia a los perros en estos tiempos, donde los animalitos de cuatro patas forman cada vez más parte de nuestras rutinas, conviven con un sentimiento constante de amenaza o peligro. Esto muchas veces los lleva a renunciar a socializar o interactuar con otras personas, o lo que es peor, evitar situaciones cotidianas como ir a un restaurante o al supermercado.

La buena noticia es que la cinofobia se trata y el miedo desmedido a los perros se supera. Darse la oportunidad de recuperar el disfrute de las pequeñas grandes cosas, se encuentra a pasitos de tomar la decisión para comenzar el proceso.

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